pasa la noche conmigo pdf

Aquí el libro pasa la noche conmigo pdf gratis por Megan Maxwell

En este libro Dennis es un atractivo profesor brasileño que durante el día da clases en un instituto de Alemania y por las noches imparte clases de forró, un baile típico de su país. Cuando el curso escolar acaba, recibe una oferta de trabajo en un refinado y reputado colegio británico, y él la acepta sin dudarlo.


Su llegada a Londres le resulta muy interesante. Nuevos aires, nuevas conquistas y antiguas amigas que le enseñan la ciudad y que en seguida le hablan de los locales swinger, a los que acudirá para disfrutar del intercambio de pareja y de la clase de sexo que a él le gusta practicar con las mujeres.


Pero todo se complica cuando conoce a Lola, una española con un carácter endiablado que, a diferencia del resto de las mujeres, no cae rendida a sus pies y que incluso parece que lo está utilizando.
Dennis nunca se ha enamorado, por eso no entiende por qué cada vez que la ve se le acelera el corazón.

Pasa la noche conmigo es una historia que te hará sonreír y disfrutar y, por supuesto, también te llegará al corazón. ¿Te la vas a perder?

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Adelanto del libro

Como siempre, el bullicio en el aeropuerto Galeão de Río de Janeiro era frenético. Tras bajarse del taxi que lo había llevado hasta la terminal, Dennis, un alto y atractivo brasileño, se despidió del taxista con amabilidad y se dirigió a hacer el check-in de su maleta. Buscó entre los mostradores de Iberia a Tainara, la amiga de su hermana Wenda, y cuando ésta lo vio le hizo una señal para que se pusiera en su cola. Ella podía facilitarle mucho los trámites del viaje. Mientras esperaba pacientemente en la fila masticando su chicle de cereza y escuchando música a través de los auriculares de su iPhone, Dennis pensó en su familia y sonrió.

Haber pasado aquellos días con ellos antes de incorporarse a su nuevo trabajo en Londres había sido maravilloso. Miró a su alrededor. Todos se veían felices. Viajar, por norma, alegraba a la gente. Hasta que sus ojos repararon en dos mujeres con unas llamativas pelucas de color rosa y verde que esperaban su turno en la misma fila que él, y sus movimientos llamaron su atención.

No daban la impresión de estar muy felices. Parecían discutir; mientras la del pelo rosa intentaba salirse de la fila para regresar junto a un hombre moreno que las observaba, la de la peluca verde la sujetaba del brazo y gruñía en inglés: —Priscilla, haz el favor de ser juiciosa, que te recuerdo que la juiciosa siempre has sido tú. —Pero, Lola… —Nuestras vacaciones acababan hoy y tenemos que coger el avión.

Fin del capítulo. La de la peluca rosa suspiró y, señalando al morenazo que las observaba a pocos metros de ellas, respondió: —Lola, míralo… ¡Es tan mono! Pero si hasta puedo rallar queso en sus abdominales. —Sí, tienes razón —se mofó la otra. —Por Dios, Lola, ¡me lo merezco tras lo que me hizo Conrad! A Lola le dolió oír el nombre de su excuñado.

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